Por diferentes razones, tanto psicológicas (como en el caso de quienes le tienen fobia a los dentistas) como económicas o simplemente por comodidad, muchos adultos evitan una visita al dentista y dejan pasar hasta más de un año entre una visita y otra. Se recomienda visitar al dentista como mínimo dos veces al año para detectar todo tipo de problemas en la salud bucal y así tratarlos a tiempo.
Tener en cuenta las edades nos va a permitir comprender mejor nuestra salud bucal. Por ejemplo, en los niños, con quienes es muy importante tener los mayores cuidados, ayudarlos a lavarse y enseñarles cómo se hace adecuadamente al menos hasta que tengan unos 6 ó 7 años. En el caso de los adultos mayores, hay también varias cosas a tener en cuenta, por ejemplo que a partir de cierta edad se produce menor cantidad de saliva o bien que puede aparecer la artritis y hacer de lavarse los dientes todo un reto.
Las gaseosas o los refrescos carbonatados son deliciosos, dulces y hasta divertidos pero es solo un engaño para nuestra boca. Las gaseosas tienen dos ingredientes que son especialmente destructivos para la salud bucal: el ácido fosfórico y el ácido cítrico. Estos elementos atacan el esmalte de los dientes, cambian su color, los debilitan y además inciden en la formación de caries. Puedes sustituirlos con jugos naturales o té helado y estarás obteniendo incluso más resultados saludables a diferentes niveles.
Endulzar los alimentos junto al mal cepillado de los dientes es la causa fundamental de las caries en la enorme mayoría de los casos. El azúcar en los dientes impulsa la acidez en la boca, aumenta la formación de placa, estropea el esmalte y las encías. Para mejorar la salud bucal así como para evitar todos estos problemas evita endulzar los alimentos siempre.
Claro que ya lo has escuchado millones de veces; entre todas las cosas nocivas y destructivas que tiene el cigarrillo esta el de arruinar la salud bucal. La nicotina y el alquitrán que contienen los cigarrillos le dan un desagradable color amarillo a los dientes, crea imperfecciones en las encías, incrementa las cantidades de placa y genera un ambiente perfecto para las caries. También influye en la caída de los dientes y como si todo esto fuera poco, trae un alto riesgo de contraer cáncer oral, entre ellos: de lengua, amígdalas, garganta, etc.